Nuestra voz crítica interior no es un reflejo de la realidad, sino que es un punto de vista adoptado inconscientemente en base a las experiencias destructivas y negativas tempranas de la vida y actitudes dirigidas hacia nosotros que hemos interiorizado como nuestro propio punto de vista.
2 – Separemos de nosotros a nuestro crítico interno
Diferenciar la voz interior es fundamental. Es decir, ante pensamientos como “nunca podré hacer nada bien” hay que replantear inmediatamente el pensamiento y modificarlo -siguiendo el ejemplo anterior- por algo como “puede ser difícil”.
Esto ayudará a ver los pensamientos desde un punto de vista ajeno y no como afirmaciones verdaderas.
3 – Respondamos a nuestro crítico interno
Es necesario responder a las críticas haciendo una evaluación realista y compasiva sobre uno mismo.
En respuesta a un pensamiento interno como “eres idiota” es necesario responder en primera persona de manera positiva, dando respuestas como “yo soy una persona inteligente que a veces tiene problemas, pero lo suficientemente competente como para salir adelante”.
Esta respuesta es encontrar una actitud más amable y honesta hacia uno mismo.
4 – No actuemos siguiendo las críticas de nuestra voz interior
No hay que actuar siguiendo las pautas que nos marca el punto de vista de nuestro crítico interior, sino que hay que tomar decisiones según nuestro punto de vista racional y meditado.
Puede que ese crítico interior quiera gritar más alto, que no quiera correr riesgos o que quiera hacer otra cosa. Sin embargo, identificando y separando esa voz interna es más fácil controlar los pensamientos autodestructivos, hacernos más fuertes y debilitar esas autocríticas.
Por lo tanto, hay que ser hipervigilantes con nuestro run run interno.
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