¿Por qué esperar para mañana?

No hay que mirar hacia atrás extrañando momentos que tal vez son imposibles de revivir, hay que buscar la manera de vivir en el presente más momentos vigorizantes. Pensar en positivo no solo ayuda a mejorar el estado de ánimo, también la salud. La mente está íntimamente conectada con el cuerpo y si la mente está saludable, esto influirá en la salud física.
Han tomado conciencia que a veces, aun cuando alguien quiere ser positivo, siempre aparecerán situaciones que lo saquen de su equilibrio, pero existen muchas maneras de volver a enfocarse. La relajación es una de las más eficaces. Hay que darle tiempo al cuerpo, a la mente y al espíritu para que se sientan en equilibrio nuevamente. En casa es posible meditar de 15 a 30 minutos, en la calle puede servir contar hasta 50; el punto es que cuando se esté bajo presión se trate de distraer la mente del problema que la aqueja.
Algunas personas no se sienten cómodas si se les recomienda meditar. Creen que este tipo de actividades no sirven para nada. Si se es una de esas personas, se puede al menos dedicar media hora de soledad, para pensar en el sentido de sus actos como individuo y los vacíos que hay por llenar en el corazón.
Otro modo es tener una agradable conversación con tu madre, un compañero de trabajo, tu pareja o un hermano, y reír, compartir opiniones y cuando todo termina no has reconocido la magia del momento? Luego, al paso de dos o tres años recuerdas lo amena que fue esa conversación. ¿Por qué esperar que pase el tiempo para reconocer que has vivido algo que te llenó de vida?
No hay que mirar hacia atrás extrañando momentos que tal vez son imposibles de revivir, hay que buscar la manera de vivir en el presente más momentos vigorizantes. Pensar en positivo no solo ayuda a mejorar el estado de ánimo, también la salud. La mente está íntimamente conectada con el cuerpo y si la mente está saludable, esto influirá en la salud física.
Realmente, no esperen a mañana para empezar. Acuérdense que ser feliz es una decisión de vida
cariños y sonrisas
Irene