jueves, 2 de febrero de 2012

Seguimos con el pensamiento positivo


Siguiendo con el tema de la Inteligencia Emocional ya nadie duda de los efectos positivos del optimismo y el buen humor sobre la salud en general y sobre nuestra felicidad. 
Los principios de la "Inteligencia Emocional" pueden sintetizarse en los siguientes cinco puntos, dados por los psicólogos estadounidenses Elias, Tobias y Friedlander:
1. Sea consciente de sus propios sentimientos y de los sentimientos de los demás.
2. Muestre empatía y comprenda los puntos de vista de los demás.
3. Haga frente de forma positiva a los impulsos emocionales y de conducta y regúlelos.
4. Plantéese objetivos positivos y trace planes para alcanzarlos.
5. Utilice las dotes sociales positivas a la hora de relacionarse.
El primer punto es quizás el más importante. Se basa en ser consciente de lo que sentimos y de buscar el porqué de ese sentimiento. 
Estos autores proponen un método para la resolución de problemas basándose en la Inteligencia Emocional y ayudándonos a plantearnos el problema de forma consciente y seria y preparándonos para abordar su solución, evitando caer en la apatía de pensar que no la hay.
Este método, llamado STOPP SPA por las siglas de los 8 pasos que lo componen, puede aplicarse a todos los problemas de la vida: contratiempos, inquietudes y preocupaciones, hasta para la consecución de todo tipo de objetivos en la vida: 
1. Los Sentimientos me estimulan a actuar con la debida reflexión: Es importante conocer y pensar en nuestros sentimientos, para reconocer el problema realmente. Este es el principio para detectar la existencia del problema y empezar a pensar en su planteamiento para su resolución. Preguntas: ¿Cómo te sientes? ¿Qué sentimientos experimentas? ¿Cómo crees que se siente el otro o los otros afectados?
2. Tengo un problema: Admitir que el problema existe, independiente de quien sea el culpable. Y ver que seguro hay algo que puede hacerse para resolverlo o mitigar sus efectos negativos. No ayuda a su resolución ignorar el problema o centrarnos en los sentimientos negativos hacia el problema o hacia el culpable. Preguntas: ¿Qué pasó exactamente? ¿Qué pasó antes? ¿y después? ¿Qué hiciste? ¿Cuál es el origen del problema?
3. Mis Objetivos me proporcionan una guía: Consiste en conocer clara y explícitamente qué es lo que queremos. Los objetivos deben ser razonables y debemos tener paciencia para conseguirlos (recuerde lo de "diferir las gratificaciones"). No podrán conseguirse todos ellos rápidamente. En este punto, hacer una lista por escrito de nuestros objetivos resulta de gran ayuda. Preguntas: ¿Qué te habría gustado que sucediera? ¿Qué te gustaría que sucediera ahora? ¿Cuáles son tus objetivos?
4. Pienso en qué cosas puedo hacer: Buscar todas las posibles acciones que puedan servir para conseguir los objetivos. Cuantas más soluciones potenciales se tengan, mejor, pues como dicen los autores: "la vida es compleja, y rara vez existe una respuesta clara y concisa a un problema determinado". Preguntas: ¿Qué has pensado que puedes hacer? ¿Puedes hacer más cosas?
Y...los dejo con la incógnita de los otros cuatro, ya que es demasiado largo y mejor digerirlo de a poquito. 
Nos vemos mañana, cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas