sábado, 11 de febrero de 2012

Seamos Optimistas en todo Momento


Me gustó mucho esta frase y pense que la quería compartir con ustedes: "Un ganador es la persona que tiene todas las molestias, obstáculos, frustraciones y decepciones que todo el mundo tiene. Aún asi sigue persistiendo, hace el trabajo, y lo hace parecer fácil." (David Cooper, Sales Trainer)
Todo el mundo quiere estar físicamente sano. ¿Pero, queremos también se sanos mentalmente? La verdadera medida del " fitness mental" está en cuán optimista seamos sobre nuestra persona y nuestra vida. Trataré de ayudarlos y ayudarme a controlar el pensamiento en formas muy específicas para que nos sientas bien, pase lo que pase.
Hay tres diferencias básicas en las reacciones de los optimistas y pesimistas:
1.  el optimista ve un problema como un revés temporal, algo que está limitado en el tiempo y que no tiene un verdadero impacto en el futuro, mientras que el pesimista lo ve como permanente, como parte de la vida y el destino.2. el optimista ve las dificultades como algo aislado, toma el evento como un incidente desconectado de otras cosas que están sucediendo en su vida, mientras que el pesimista las relaciona con todo lo que le pasa en su vida, ve las decepciones como omnipresentes. Esto es, para él son indicios de un problema o deficiencia que impregna todos los ámbitos de su vida y persona.3. El optimista ve los problemas como acontecimientos externos a su persona, como resultado de factores externos sobre los cuales se tiene poco control y si es viable realiza las correcciones pertinentes mientras que los pesimistas interpretan los acontecimientos negativos como algo personal.
Si el optimista es demorado por el tráfico, por ejemplo, en lugar de enojarse, él simplemente minimiza la importancia del evento diciendo algo como: "Oh, bueno, supongo que la persona que está bloqueando el trafico tiene un mal día". El pesimista en cambio, tiene tendencia a tomarlo todo personalmente. Si el pesimista es demorado en el tráfico, reaccionará como si el otro conductor hubiera actuado deliberadamente para perturbarlo y frustrarlo a él.




La característica distintiva de la madurez, es la capacidad de ser objetivos cuando estamos metidos en las inevitables tormentas de la vida cotidiana. La persona optimista tiene la capacidad, bajo circunstancias negativas, de seguir hablandose a sí mismo en una actitud positiva y optimista, manteniendo su mente en calma, clara y completamente bajo control, buscando las soluciones. Está más relajada y consciente y capaz de interpretar los acontecimientos de una forma más realista y menos emocional. Como resultado de ello, la persona madura ejerce una mayor sensación de control e influencia sobre su entorno, y es mucho menos probable que sea perturbado, enojado, molesto, o distraído por las circunstancias.
"Hay que mirar los inevitables reveses a los que nos enfrentamos como algo temporal, específico y externo. Ver la situación negativa como un acontecimiento único que no está conectado a otros posibles eventos y que es causada en gran medida por factores externos sobre los cuales no podemos tener control. Simplemente niégense a ver el caso como una forma permanente, generalizada o indicativa de nuestra incompetencia personal o de nuestra incapacidad y centramonos en buscar formas creativas de encontrar soluciones. Y si el fallo se debe a nosotros, aprendamos de él, hagamos las correcciones pertinentes y sigamos intentándolo".
Decídanse a pensar como optimistas, no importa lo que pase. Puede que no seamos capaz de controlar los acontecimientos, pero podemos controlar la forma en que reaccionamos a ellos.
Aquí hay tres acciones que podemos tomar ya y ahora para poner estas ideas en acción:
a) recordar continuamente que los retrocesos son sólo pasajeros, que pronto serán pasado y nada es tan grave como creemos que es.
b) tomemos cada problema como un acontecimiento aislado, no está conectado a otros eventos y no son indicativos de un patrón de ningún tipo. Busquemos soluciones y continuemos con nuestra vida.
c) reconozcamos que cuando las cosas van mal, son por lo general causados por una variedad de eventos externos; digámonos a nosotros mismos, algo como "No hay mal que dure cien años", y luego volvamos a pensar en nuestra metas. Y si somos los causante del problema, recuérdense que no tiene nada que ver con nuestra capacidad o valor como persona y que los fracasos son parte del aprendizaje y del camino al éxito. 
El destino depende sólo de nosotros.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene



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Cariños y sonrisas