4. Saquemos beneficios de nuestra impaciencia. La impaciencia no tiene por qué ser exclusivamente negativa. La inquietud puede ser el “puntapié” inicial para emprender la acción específica para modificar una situación que no nos gusta. La creatividad está muy ligada a la impaciencia. Dejemos volar nuestra imaginación cada vez que nos impaciente algo que podríamos cambiar.
5. Descarguemos nuestra ansiedad de manera saludable. Es muy importante que nuestro cuerpo y mente no se conviertan en un depósito de la ansiedad y el estrés que genera la impaciencia. Para que ello no nos ocurra, tratemos de realizar actividad física y ejercitar técnicas de relajación a diario. De esta manera tendremos herramientas saludables para no dañar nuestro cuerpo por la impaciencia que nos provocan situaciones ajenas a nosotros.
6. No se dejen llevar por la lógica de la inmediatez. Es frecuente escuchar que “lo bueno se hace esperar”, pese a que en la sociedad actual prime la lógica de la de la inmediatez, del no poder esperar. Entendamos que la vida es un proceso que implica el tránsito por diversos ritmos y momentos. No existe la felicidad “inmediata”. Conseguirla requiere esfuerzo, constancia y múltiples intentos".(como siempre les digo)
Es importante que tengan en cuenta que resolver las dificultades cotidianas de manera desesperada e inmediata sólo nos brindará soluciones superficiales que, en poco tiempo, generarán problemas mayores.
Nos vemos mañana, cariños y sonrisas
Irene