viernes, 21 de octubre de 2011

La paz sea contigo

La Paz sea contigo" es una de las frases que más me gusta oír cuando asisto a misa, a mi que soy católica. Pero, es una frase que está, de una u otra forma, en todas las religiones.
Para mi, es emocionante que todos se deseen paz en medio de un apretón de manos, un abrazo y una sonrisa. Y en estos momentos en que en el país hay demasiada violencia como modo de "expresión" me gustaría que nosotros dieramos el ejemplo, dando la paz.  
Como dice Maytte Sepúlveda, la paz es el resultado de una convivencia sana, llena de tolerancia y fraternidad entre todos los seres humanos. Para que la paz sea posible, se requiere de una sociedad justa, en la cual todos tengamos las mismas oportunidades para desarrollarnos como personas y donde nuestros derechos fundamentales sean respetados.
La paz no es necesariamente la ausencia de diferencias y conflictos, sino la capacidad de manejar dichos conflictos y superarlos por medio de métodos no violentos, como la comunicación, los acuerdos, la solidaridad, la cordialidad, la tolerancia y la flexibilidad, además de un gran sentido de justicia. Que nunca se nos olvide que el respeto al derecho ajeno es la paz.
Lo contrario a la paz necesariamente es la violencia, que no es más que el uso de la fuerza para resolver los desacuerdos o conflictos, como consecuencia de la intolerancia, los prejuicios o el desconocimiento.
 La paz comienza en casa, por eso debemos ser lo suficientemente inteligentes como para escuchar a los demás, para aceptar sinceramente sus opiniones y puntos de vista, propiciando un diálogo franco y justo de entendimiento y nunca, por ningún motivo, tratar de imponer nuestras ideas o consideraciones a la fuerza mediante amenazas o maltratos hacia quienes se expresan o actúan de forma diferente.
La intransigencia, el fanatismo, los prejuicios y la arrogancia son las causas por las cuales los violentos imponen a la fuerza a otros, sus ideas, su estilo de vida o creencias.
La violencia sólo trae más violencia como consecuencia, y si no sabemos canalizarla será mas dañina que los problemas que la provocaron. La violencia en cualquiera de sus formas destruye nuestras vidas dejando una estela de rencores y odios que nos aleja más y más de una justa solución.
Tenemos que nosotros desear la paz del prójimo, aunque sea una gotita en el océano, gotita a gotita iremos haciendo un mar de buenos deseos y eso influye en el entorno en el que nos movemos, en el país y por último en este nuestro mundo tan alterado.
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas